viernes, 20 de junio de 2008

LA "HIJA DEL FUEGO"

MAGDALENA SOFÍA BARAT, LA “HIJA DEL FUEGO”

Fechas importantes:

1779 Nacimiento en Joigny, Francia

1800 Fundación de la Sociedad del Sagrado Corazón

1865 Fallecimiento en París

1925 Canonización en Roma por el Papa Pío XI

¿No fue acaso el fuego el que precipitó

la llegada al mundo de Sofía Barat?

NACIÓ en Joigny, Francia, la noche del 12 de diciembre de 1779, iluminada por un incendio próximo a su hogar. Era la última de una familia de tres hijos. Los viñedos de Borgoña regados por el Yonne fueron el paisaje que rodeó su primer contacto con la tierra. Porque los padres de Sofía, que provenían ambos de familias de toneleros, poseían una viña.

NIÑA prematura, Sofía era menuda, baja para su edad. Se mostraba impetuosa aunque tímida, y sus primeras reacciones eran impulsivas. A través de su vida conservó sus réplicas prontas y sus palabras vivas. Le gustaban las diversiones, los paseos por las colinas. Se encariñaba con facilidad con los que la rodeaban. Era sensible y delicada. Gracias sobre todo a su madre, Sofía tuvo la suerte de recibir una educación, nada común para aquel entonces y menos en su ambiente. A los diez años, su hermano mayor Luis, se encargó de sus estudios, aunque con un exceso de rigor. Muy dotada logró una cultura muy extensa : historia antigua y moderna, sagrada escritura, latín, matemáticas, griego, física, rudimentos de hebreo, nociones amplias de italiano y de español, que le permitieron leer "El Quijote" en el texto original.

SOFÍA había manifestado también su precocidad, al decidir, a los cinco años, consagrarse a Dios. A los diez hizo su primera comunión y a los catorce, se determina a hacer voto de virginidad.

LA FAMILIA Barat había comenzado a abandonar el jansenismo, movimiento religioso que mostraba a un Dios riguroso y carente de compasión y misericordia. Luis Barat influyó en el cambio a través de unas imágenes del Corazón de Jesús y del Corazón de María traídas de París, que presentaban el rostro humano y compasivo de Dios.

LA REVOLUCIÓN perturbó la vida de la familia Barat. Luis aspirante al sacerdocio, implicado en un juramento a la nación del que se retracta, ha de pasar a la clandestinidad y al fin termina huyendo a París donde es arrestado y se libra por milagro de la guillotina. Sofía manifiesta entonces su fuerza de carácter ayudando a su madre a recuperar el ánimo. Liberado en enero de 1795, Luis Barat se ordena sacerdote en el mismo año. ¿No debería su hermana abandonar Joigny -se pregunta- para proseguir en París, bajo su dirección, los estudios y formación religiosa.

SOFÍA, aunque dividida entre el amor por su madre y su deseo de vida religiosa, deja Joigny en 1795. Su hermano la instala en París, en la calle de Touraine, donde celebraba clandestinamente la misa. Sofía se encarga de la instrucción religiosa de los niños del barrio, asegurando así la enseñanza del catecismo, y prosigue su propia formación religiosa y profana, rodeada de algunas jóvenes, con las que comienza un ensayo de vida común. Sofía sueña con el Carmelo, pero en la oración tiene la intuición de una vida espiritual y religiosa, que daría una forma nueva al culto del Sagrado Corazón, asociando culto del Santísimo Sacramento y educación de las jóvenes; interioridad y actividad apostólica.

EN 1800 tiene un encuentro decisivo que cambia su vida con el P. José Varin; será la piedra angular del proyecto que había soñado el Padre Leonor de Tournely : un grupo de mujeres consagradas al Corazón de Jesús y a manifestar su amor al mundo. El 21 de noviembre de 1800, Sofía Barat hace su primera consagración religiosa, en la clandestinidad de la capilla de la calle Touraine. Un año más tarde, el 13 de noviembre de 1801, una primera comunidad, formada con otras dos jóvenes se instala en Amiens: una vida religiosa apostólica original iba a tomar forma.

DESDE 1801, la vida de Sofía se confunde poco a poco con la de su congregación. El 21 de diciembre de 1802, comienza a ser superiora de la comunidad. La Madre Barat se revela ya como mujer prudente y firme, que sabe combinar en su gobierno y en su vida personal, autonomía y dependencia. Tiene el don de crear una vida comunitaria marcada por la alegría y el amor mutuo y que va a dar más tarde a la Sociedad del Sagrado Corazón su lema Cor unum et anima una in corde Jesu. Es en Amiens donde comienza el apostolado del Sagrado Corazón, realizado, en función de públicos diferentes, en dos tipos de escuelas, los intemados y las escuelas de extemos para los niños pobres. Desde el principio, la vida es fuertemente contemplativa, sin que por ello la Madre Barat hubiera pensado constituir una vida de tipo monástico.

A PARTIR de 1804, la Sociedad comienza a extenderse en Francia. La primera casa que se agrega es la de Sainte-Marie d'En Haut, en Grenoble y en ella una antigua novicia visitandina, Rosa Filipina Duchesne. En 1806, a los 29 años, es elegida superiora general vitalicia. Durante cerca de medio siglo, recorrerá Francia y Europa, para fundar casas o agregar comunidades que habían pedido fusionarse, y para dinamizar y reforzar la unidad.

LA SOCIEDAD del Sagrado Corazón conoce una expansión inmediata, en primer lugar, en Francia. En 1818, la Sociedad comienza su expansión fuera de Francia. Un pequeño grupo de religiosas, dirigido por Rosa Filipina Duchesne, desembarca en Luisiana, América del Norte. El mismo año la Sociedad es llamada a Saboya y en 1823 a Roma. Se suceden fundaciones en Bélgica, Irlanda, Inglaterra, Argelia, Polonia, Austria, España, Alemania y Holanda. Durante el mandato de Magdalena Sofía Barat, las casas de América del Norte, en los Estados Unidos y después en Canadá, se multiplican. Se funda igualmente en Sud América y en el Caribe. La expansión. querida y promovida por la fundadora, solo puede realizarse gracias a la generosidad de las religiosas dispuestas a afrontar toda clase de dificultades para extender el amor del Corazón de Jesús.

ESTA expansión tuvo también sus nubarrones. Expulsiones fuera y dificultades internas por el mismo crecimiento. Pero a la vez se reafirma el carisma que sale más purificado de la prueba y con nuevos impulsos para adaptar a las circunstancias del mundo cambiante los apostolados de las religiosas.

CUANDO, el 25 de mayo de 1865, día de la Ascensión, muere Magdalena Sofia Barat en París, la Sociedad del Sagrado Corazón cuenta con 3.539 miembros, repartidos en 89 casas, de las cuales hay 64 en Europa, 20 en los Estados Unidos y Canadá, dos en Cuba y tres en Chile. En los últimos años de su vida, la fundadora había trabajado para lograr que sus hijas prosiguiesen la adaptación de la Sociedad a las necesidades de la época, a fin de “asegurar la existencia de la Congregación para el porvenir que Jesús le ha preparado.”

Bruselas, Bélgica: Cuerpo incorrupto de Santa Magdalena Sofía


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Última revisión: 16-Jul-2002

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